a. La lectura como modo de
construcción del sujeto: leer nos permite pensarnos, descubrirnos a través de
otros y entendernos.
b. La lectura como medio para el
desarrollo del lenguaje: lo que se puede nombrar, se puede pensar. Con el
lenguaje adquirimos la capacidad de pensar y nombrar el mundo.
c. La lectura como posibilidad de
acceso al saber: el hábito lector nos da autonomía en un proceso de aprendizaje
cuyos límites son nuestras propias ganas de seguir aprendiendo.
d. La lectura y la pertenencia
cultural: leer nos ayuda a ser parte de una cultura nacional, americana y
universal, nos hermana con aquellos que, lejanos en el tiempo y en el espacio,
nos comunican sus existencias y nos ayudan a reflexionar sobre la propia.
e. Leerles, cuando son chicos y
aunque sean grandes, leerles en voz alta, como un mimo, como una caricia.
f. Crear espacios y climas de
lectura en casa: así como se pone la mesa para comer, así como se comparte en
familia alguna película, buscar momentos y lugares para leer. Se trata de armar
una biblioteca nutrida, apetitosa; un sillón con iluminación especial; un
momento del día en que todos leemos, juntos o individualmente. Generar el
espacio del “cuento de antes de dormir”, o a la hora de la siesta, o cuando llueve.
g. Llevarlos a librerías tan
asiduamente como los llevamos a otros comercios y dejarlos revolver, husmear,
elegir. Permitirnos también como adultos revolver, husmear, elegir.
h. Compartir lecturas en familia:
preguntarles qué están leyendo, contarles qué leemos nosotros, compartir
opiniones.
i. No dar mensajes contradictorios.
Si los castigamos sin televisión está claro que la televisión es un premio; si
en cambio los mandamos a leer, la lectura es una obligación. Si estamos
convencidos de que leer es bueno para ellos, no deberían oírnos protestar por
el costo de los libros. Si queremos que se hagan tiempo para leer, no podemos
decirles que nosotros no lo tenemos.
j. Ser modelos de lectura. Queremos
que encuentren el placer de la lectura, pero nosotros, ¿cuánto hace que no
revivimos ese mismo placer? ¿Cuánto hace que no elegimos un libro porque sí,
sin obligación, con pasión?
k. Aprender a elegir libros para
ellos. Es importante saber que cada niño es único y también lo son sus gustos e
inquietudes; sin embargo hay recomendaciones que pueden servirnos a la hora de
comenzar a acercarlos a los libros (sobre todo al principio, después ellos
mismos nos guiarán). Algunos libros son muy vistosos, pero no necesariamente
tienen calidad literaria. Otros pueden tenerla, pero no ser apropiados para la
edad.
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